“Charlie, Charlie, ¿podemos jugar?”
Parece ser una inocente pregunta para empezar un juego que “invoca demonios”, pero que ha atacado a las redes sociales como una tormenta. El juego, llamado Reto de Charlie Charlie, en realidad está basado en algo muy simple cuyo objetivo es invocar a un espíritu maligno desde su tumba, pero hay fuerzas reales y poderosas que en realidad trabajan aquí, aunque no sean las que los jóvenes que lo practican esperaban.
Así es como funciona el juego: el jugador balancea un lápiz alineado horizontalmente sobre un lapiz alineado verticalmente, escencialmente, formando una cruz. Ambos utencilios de escritura reposan sobre un papel dividido en cuatro cuadrantes, dos de los cuales están marcados con un NO y los otros dos con un SÍ. El jugador invita a un espíritu, Charlie, a jugar con ellos. Si el espíritu se siente con suficientes ganas de jugar, el lápiz horizontal que está sobre el vertical, girará hasta apuntar a SÍ, y entonces el jugador puede hacerle preguuntas de “Sí o No” a Charlie y esperar que el lápiz se mueva otra vez.
Pero, ¿qué es lo que causa que el lápiz se mueva por sí solo? He aquí la fuerza poderosa que implica, pero que no toman en cuenta los que creen en esto: la gravedad.
Para poder balancear un objeto sobre otro, el centro de gravedad del objeto que está encima (punto donde está concentrada la masa del objeto) debe de estar colocada precisamente sobre otro objeto. En el caso de Charile Charlie, los jugadores balancean dos objetos cuyas caras no son completamente planas, unas con otras. Naturalmente, estos objetos con poco balance y fricción tendrán la tendencia de girar.
“Tratar de balancear un lápiz sobre otro resulta en un sistema muy inestable”, dice Christopher French, líder de las investigaciones de psicología de anomalías, en la Universidad de Londres, Reino Unido. “Incluso el más ligero respiro o movimiento involuntario del ambiente puede hacer que el lápiz superior se mueva”.
Y los lápices cuidadosamente colocados, se moverán incluso si no invocas a demonio alguno luego de balancearlos. Esto prueba que no se necesita alguna fuerza demoníaca para que el mismo efecto ocurra.
¡Por supuesto! Los lápices que se mueven sin razón aparente es algo que puede dar algo de miedo, pero en realidad, la situación de este juego es tan atemorizante como una cortina que se mueve por el viento.
Pero para ser justos, no vamos a echarle toda la culpa a la gravedad, ya que esta no es la única presente en Charlie Charlie. También está en el juego otro poder formidable: el poder de la sugestión.
Un estudio en 2012 que fue publicado en “Current Directions in Psychological Science” (Direcciones Actuales en la Ciencia Psicológica) encontró que las personas comúnmente emplean algo llamado “Esperanza de Respuesta” en ciertas situaciones. En otras palabras, al anticipar que algo ocurrirá, los pensamientos y comportamientos de una persona ayudará a que el resultado anticipado sea más acorde a las hipótesis planteadas. En el caso de que sea un juego en el que se invoca a un espíritu para asistir al responder preguntas, los jugadores siempre esperan cierto resultado e inconscientemente ayudan a que esto pase (ya sea por respiración o haciendo vibraciones sin querer) y como resultado creerán que fue el espíritu.
Esta hipótesis es similar a la sugerida por French, quien señaló que muchas formas de adivinación recreativas como la Ouija implican las acciones subconscientes de los participantes.
La «magia» detrás del tablero de Ouija, junto con péndulos y varillas de radiestesia, ha sido explicada científicamente a través de algo que se conoce como el «efecto ideomotor», dijo French.
El efecto ideometor fue descrito por primera vez en el siglo XIX por el médico inglés y fisiólogo William Carpenter. Se sugiere que se trata de los movimientos musculares de forma involuntaria en las personas que utilizan la tablita de plástico en Ouija, o las personas que se sientan alrededor de la mesa en la tabla de inflexión, que causa estos objetos se muevan. El efecto ideometor no explica por completo el fenómeno Charlie Charlie, porque los jugadores no tocan los lápices usados en el juego. Sin embargo, el juego es similar a estos otros ejemplos porque se trata de lo que French llama «pensamiento mágico«, o la creencia de que un suceso aleatorio (el giro de un lápiz) está relacionado con alguna ajena, y en algunos casos imaginaria, fuerza o energía (espíritu).
«A menudo, las» respuestas «recibidas en los juegos de adivinación podrían ser vagas y ambiguas, pero nuestra capacidad inherente de encontrar sentido a las cosas – incluso cuando no están allí – asegura que vamos a encontrarle importancia a esas respuestas y estar convencidos de una inteligencia que está detrás de ellas «, dijo French.
El Reto Charlie Charlie es pensamiento mágico en su máxima expresión, según French, quien explicó que este tipo de pensamiento puede haber jugado un papel importante en la evolución humana.
me gustó, es casi como yo me lo imaginaba no sabia que el «pensamiento mágico» lo tomarían en cuenta los filósofos, solo pensaba que era una hipótesis mía.
Fisiólogo XD