Las leyes físicas nos prohiben estrictamente poder viajar más rápido que la luz, y no sólo a nosotros los humanos, sino a cualquier cuerpo que lo intente. Sin embargo, ¿es posible que pueda existir «algo» que sea más rápido que los fotones?
Bueno, en realidad ningún objeto con masa puede ir más rápido que la luz, pero los estudios demuestran que los neutrinos no sólo viajan más rápido que esta, sino que tienen algo muy peculiar llamado “masa imaginaria”, una propiedad que significa que ganan velocidad mientras pierden energía.
La frase “aclamaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias” es muy apropiada para este caso, pero el profesor Robert Ehrlich, recientemente retirado de la Universidad George Mason, cree que las tiene, con seis diferentes medidas de diferentes áreas de la física. Todas estas, dice Ehrlich, proveen resultados que no sólo indican que los neutrinos tienen masa imaginaria, sino que todas llegan al mismo valor, haciendo menos posible que sea un error de lectura.
Mientras que la mera idea de masa imaginaria suena improbable para los no-físicos, es un concepto que los teóricos han estado especulando durante un tiempo ya. Mientras los números imaginarios representan la raíz cuadrada de los números negativos y han probado ser excepcionalmente valiosos para herramientas de física, la masa imaginara al cuadrado nos da valores de masa negativa.
Esto sólo hace que el concepto suene todavía más improbable, pero la idea de hecho calza muy bien con la teoría de Relatividad Especial. Uno de los descubrimientos clave de Einstein fue el darse cuenta que en la materia ordinaria, la masa incrementa con la velocidad. La fórmula es m^2=m^2rest/(1-(v/c)^2) en donde m es masa, v es velocidad y c es la velocidad de la luz.
La conclusión de que ir más rápido que la velocidad de la luz es imposible viene del hecho de que un objeto con masa, al tratar de ir más rápido que la luz, tendría una masa infinita. A menos que alguien pueda lograr un método para ir de más lento que la luz a más rápido que la luz sin violar esta ley, estaremos estancados a explorar el universo dolorosamente lento.
Aun así, en 1962, George Sudarshan señaló que nada en la teoría de la Relatividad previene la posibilidad de partículas que siempre viajen más rápido que la luz. Para estas partículas, llamadas taquiones, la velocidad de la luz no sería un límite, sino una base.
Esto levanto la pregunta de que si dichas partículas existen, si seríamos capaces de detectarlas. En 1985 se sugirió que los taquiones eran en realidad los neutrinos pero muchos científicos pusieron poca atención a esto y regresaron al asunto de que si los neutrinos tienen masa y viajan más lento que la luz o si carecen de masa y viajan más rápido que esta. Sin embargo, la aclamación surgió en muchas ocasiones desde ese momento, de manera más famosa en la errónea medida de los neutrinos desde Geneva hasta el centro de Italia.
Ehrlich usa resultados de “Radiación de fondo de microondas”, “Lentes Gravitacionales”, “Rayos de Espectro Cósmico”, “Oscilaciones de Neutrinos” y “Doble Desintegración Beta”. Con todo esto, concluye que, aparte de masa imaginaria, miden menos de una millonésima de un electrón (m^2ve=-0.11+-0.016eV^2), y son consistentes en una velocidad mayor que la de la luz.
Es muy interesante el tema y hasta revolucionario también, que sólo nosotros podríamos intentar entenderlo…